No obstante los aficionados podrán seguir practicándola en los ríos regulados y otras masas de agua, bien con muerte o bien sin muerte según la normativa recogida en el Anual de Pesca

Cuando los calores estivales llegan a su máxima intensidad, y la luminosidad del sol hace que las truchas se refugien en las sombras durante el día, especialmente en los ríos de montaña que ahora se cierran, es frecuente que los aficionados prefieran los serenos del amanecer y, especialmente los del atardecer, para pescar con posibilidad de éxito. En la pesca a mosca ahogada en una buena cuerda de «sereno» no deben faltar las moscas de doble ala como la saltona, la hormiga de ala blanca o el cascudo. Para evitar enredos en estas horas crepusculares, con poca luz que se nos va en pocos minutos, es recomendable reducir la cuerda de cinco a tres moscas eliminando el rastro. Una buena captura pude suponer también un importante enredo. En estos casos es preferible no perder el tiempo en desenredar y colocar una nueva cuerda. En todo caso hay que saber que tan solo se permite pescar hasta una hora después de la puesta del sol.